MISAS DE AGUINALDOS EN NAVIDAD PRIVILEGIO ÚNICO DE VENEZUELA
*Únicas misas con canticos folclóricos a lo divino y ornamentos litúrgicos diferentes.
Venezuela es el único país del mundo privilegiado con la anuencia papal de realizar las tradicionales Misas de Aguinaldos, interpretando canticos típicos y folclóricos a lo divino al que el Vaticano le permite el uso de aguinaldos a lo divino e instrumentos típicos y folclóricos como medio de ambientación musical, tales como cuatro, furruco, tambora y charrascas, para entonar las parrandas y aguinaldos que definen estas solemnidades, genero de expresión musical característico de nuestro pueblo que nos da identidad y originalidad musical.
En el calendario litúrgico, las misas están enmarcadas en el tiempo de Adviento (que significa preparación para la llegada), propicio para la reflexión y espera; este tiempo se identifica con el color morado en los ornamentos litúrgicos, pero que en Venezuela se permiten utilizar el color blanco, signo de alegría en las misas de madrugadas, por ser estas muy festivas y emotivas como privilegio único de la religión católica.
"Venezuela es muy privilegiada, es el único país donde las misas se hacen en color blanco y se utilizan los instrumentos típicos para interpretar los aguinaldos, en el resto de los países del mundo se hacen con villancicos y música sacra, y se utiliza el color morado, por eso estas misas son tan alegres y emotivas".
Nacimiento del Niño Jesús
Lo más importante y significativo para los feligreses que realizan esta novena de adviento es la preparación espiritual y anímica para recibir al Niño Dios en sus corazones, el 24 de diciembre.
"Eso es lo que verdaderamente importa en las misas de aguinaldos, además de la alegría y el ambiente contagiante de estas liturgias sacramentales, es aumentar la fe para que el Niño Jesús nazca en nuestros corazones devotos, que nos de la luz que necesitamos y nos conceda nuestras peticiones al cumplir esta novena como pago de una promesa o como penitencia".
Cada misa representa un mes del embarazo de la Virgen María. Se ora por una intención especial en cada eucaristía, por una promesa, o como una penitencia que la feligresía oferta, al Niño Dios, el bienestar de los presentes y los buenos augurios para los padrinos y patrocinantes de las festividades parroquiales en conjunto.
Las lecturas del evangelio son sobre eventos ocurridos durante los nueve meses de la gestación de la Virgen, tales como la anunciación, la aparición en sueños del ángel Gabriel a José o la visita de María a su prima Isabel.
"Son nueve eucaristías que viven los acontecimientos más importantes de los nueve meses del embarazo de la Virgen María, porque se trata de la antesala al nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, por eso se trata de recordar los momentos más relevantes que su madre soportó como todo mortal, durante el embarazo".
Las intenciones más comunes por las que se ora, son entre otras: por los matrimonios jóvenes, por la paz mundial, por Venezuela, por las familias, por la comunidad parroquial, entre otras necesidades que se expongan.
La sensaciones que se experimentan en estas celebraciones son seductoras y enternecedoras, enalteciendo el espíritu y enfatizando la devoción de la fe cristiana en tan conmovedor ambiente, es muy reconfortante y satisfactorio sentir la luz de la alborada de un nuevo amanecer, entonando cánticos a lo divino y recitando oraciones por la salud, la prosperidad y la paz de nuestro país y el mundo, de la unión y la concordia familiar y la gentil camaradería al compartir con los amigos y vecinos el cafecito o el chocolate caliente, las galleticas, torta, arepitas dulces, el suculento y criollo pan de jamón, y otros bocadillos traídos por los feligreses asistentes a esta tan especial celebración u ofrecidos por los padrinos convidados a la ceremonia, para el compartir al final de los sacramentos, regularmente instituciones o empresas vecinas a las inmediaciones de la capilla, que se sirven una vez que termina la solemne misa, para luego escuchar a los alegres aguinalderos interpretando sus contagiantes melodías en la puerta de la Iglesia, creando de este modo hermosas imágenes y anécdotas, que regularmente quedan grabadas indeleblemente en nuestras mentes para el resto de nuestras vidas, especialmente en la mentes de nuestros niños, principales protagonistas y reyes absolutos de las fiestas de La Navidad.
Desde el 16 de Diciembre de cada año y has la misa de Navidad el 24 en la noche, las iglesias en las diferentes parroquias y pueblos de Venezuela, abren sus puertas en el alba de cada día, para celebrar las tradicionales misas de aguinaldos, tradición surgida entre el siglo XIX y XX, las que en el presente han sufrido algunos cambios con el pasar del tiempo y la avasalladora llegada de los medios tecnológicos, pero su sentido de devoción y religiosidad se mantiene en el corazón de cada venezolano con fe y fervor católico.
Los repiques de las campanas que sonaban desde el templo.
Bajo el cielo aún oscuro de la alborada, los feligreses que salían animados a la calle llenos de la mejor intención y motivación inspirados por las primeras horas de la mañana, del frío madrugador, los pastelitos, el cafecito negro, el chocolate. Las luces de colores que adornan la corona de Adviento con sus cuatro cirios y las imágenes del pesebre, resplandecientes y titilando dándole el ambiente ideal a la capilla; las patinatas de los niños y jóvenes que en cuatro ruedas mostraban sus mejores habilidades y las travesuras de los mas bellacos que desaparecían el pan y la leche dejada por el recordado repartidor en el frente de las casas, todas estas reminiscencias de otros tiempos y épocas, cuando nuestra comunidad era más rural y no nos había arropado tanto la tecnología.
En estas Misas de Aguinaldos suelen participar músicos de las diferentes especialidades y comunidades los cuales acompañan con sus instrumentos los cantos de aguinaldos típicos de la región.
En diferentes sitios se acostumbra turnar los sectores y las comisiones que integran la parroquia, para así brindar a todos la oportunidad de participación en la organización de los actos que en ocasiones ofrecen una sana rivalidad para ofrecer la Misa de aguinaldo más bonita, más organizada, alegre y vistosa, muchas ocasiones su éxito y calidad se media por el numero de cohetes lanzados o pólvora quemada, la abundancia y calidad del compartir al final de la misa.
En estas Misas de Aguinaldos suelen participar músicos de las diferentes especialidades y comunidades los cuales acompañan con sus instrumentos los cantos de aguinaldos típicos de la región.
En diferentes sitios se acostumbra turnar los sectores y las comisiones que integran la parroquia, para así brindar a todos la oportunidad de participación en la organización de los actos que en ocasiones ofrecen una sana rivalidad para ofrecer la Misa de aguinaldo más bonita, más organizada, alegre y vistosa, muchas ocasiones su éxito y calidad se media por el numero de cohetes lanzados o pólvora quemada, la abundancia y calidad del compartir al final de la misa.
En algunas comunidades se acostumbra realizar la última misa de aguinaldos, con la representación de pastores y en muchas parroquias también se realizan las denominadas "posadas", que son especies de procesiones cantadas con aguinaldos.
Es necesario hacer un movimiento promotor que involucre la Iglesia Católica, La Empresa Privada y las instituciones dedicadas a la promoción y formación del acervo cultural del país, para recuperar este privilegio mundial y promoverlo colocándolo en el sitial que merece antes que el progreso lo desmerite y lo elimine del calendario de celebraciones tradicionales por anticuado.
En este sentido, es importante destacar que la trascendencia de la obra de vida de Vicente Emilio Sojo con relación al movimiento musical nacionalista se fundamento en la recopilación, armonización y transcripción de trescientas obras aproximadamente del acervo popular y folclórico, venezolano entre las cuales se destacan: canciones, aguinaldos, valses, tonadas, galerones, canciones de cuna, del género religioso, etc., que fueron suministradas por Ignacio Briceño, William Werner, Juan Bautista Plaza y Sergio Moreira y que este último personaje es quien culmina con la labor iniciada por Sojo, publicando en 1979 el Tercer cuaderno de Aguinaldos venezolanos, que había quedado sin editar de los manuscritos de María Moreira quien conservo de manera exclusiva por muchos años este patrimonio intangible de la música venezolana, cediéndola al maestro Sojo de forma oral, para que este luego las transcribiera en partitura e hiciera sus armonizaciones, preservándolas para las generaciones del presente como un legado de altísimo valor artístico. Si este trabajo de rescate y conservación no se hubiera hecho, que valioso tesoro no se abría perdido en la inopia, como ha pasado con mucho material de nuestro acervo cultural, principalmente con el folclórico de nuestros pueblos y artistas de recursos limitados que no pueden preservar sus obrar en el tiempo y el espacio.
Es necesario hacer un movimiento promotor que involucre la Iglesia Católica, La Empresa Privada y las instituciones dedicadas a la promoción y formación del acervo cultural del país, para recuperar este privilegio mundial y promoverlo colocándolo en el sitial que merece antes que el progreso lo desmerite y lo elimine del calendario de celebraciones tradicionales por anticuado.
En este sentido, es importante destacar que la trascendencia de la obra de vida de Vicente Emilio Sojo con relación al movimiento musical nacionalista se fundamento en la recopilación, armonización y transcripción de trescientas obras aproximadamente del acervo popular y folclórico, venezolano entre las cuales se destacan: canciones, aguinaldos, valses, tonadas, galerones, canciones de cuna, del género religioso, etc., que fueron suministradas por Ignacio Briceño, William Werner, Juan Bautista Plaza y Sergio Moreira y que este último personaje es quien culmina con la labor iniciada por Sojo, publicando en 1979 el Tercer cuaderno de Aguinaldos venezolanos, que había quedado sin editar de los manuscritos de María Moreira quien conservo de manera exclusiva por muchos años este patrimonio intangible de la música venezolana, cediéndola al maestro Sojo de forma oral, para que este luego las transcribiera en partitura e hiciera sus armonizaciones, preservándolas para las generaciones del presente como un legado de altísimo valor artístico. Si este trabajo de rescate y conservación no se hubiera hecho, que valioso tesoro no se abría perdido en la inopia, como ha pasado con mucho material de nuestro acervo cultural, principalmente con el folclórico de nuestros pueblos y artistas de recursos limitados que no pueden preservar sus obrar en el tiempo y el espacio.
Estas recopilaciones formaron parte del repertorio del Orfeón Lamas, agrupación que en su labor formativa únicamente difundía la música venezolana y se dio a la tarea de difundir este legado.
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