EL PODER DE LOS CULPABLES MANTIENE LA IMPUNIDAD
LUEGO DE 37 AÑOS DE  LA TERRIBLE TRAGEDIA DE TACOA 
Se calcula que 180 personas perdieron la vida en esta tragedia
Se calcula que 180 personas perdieron la vida en esta tragedia




El 19 de diciembre de 1982, una explosión en la planta eléctrica de Tacoa, ubicada en Arrecifes, litoral central, estado Vargas, ocasionó la muerte de casi dos centenares de personas, entre bomberos, personal eléctrico de la planta y reporteros.
Hace ya 34 años, desde cuando se produjo aquel terrible accidente de la planta termoeléctrica “Ricardo Zuloaga”, también conocida como Planta de Tacoa, perteneciente a la familia Machado Zuloaga, entonces propietaria de la Electricidad de Caracas, hecho en el que perdieron la vida 180 personas.
Sin embargo, a estas alturas las investigaciones nunca arrojaron información alguna sobre quién o quiénes deben asumir la responsabilidad de este hecho sin precedentes en la historia de los siniestros ocurridos en el territorio nacional. La justicia y los medios de comunicación hicieron mutis ante la tragedia.
Pareciera que extinguido el fuego y disipado el humo, con el paso del tiempo se apagaron también los encendidos editoriales de los primeros días pidiendo justicia. Hoy, casi nadie quiere ya hablar de que el poder de los culpables es mayor que el de las víctimas y de sus familiares y amigos.
EL CIELO ARDIO EN VARGAS
Era el domingo 19 de diciembre de 1982 a las 6:15 de la mañana, y los trabajadores de la planta termoeléctrica “Ricardo Zuloaga”, Luis Natera, José Manuel Rodríguez y Alexis Alsaúl descargaban 16.000 litros de combustible fuel oil, provenientes del barco tanquero Murachí, cuando se produjo una explosión en el tanque número 8 del complejo termoeléctrico.
A pesar de haber sufrido severas quemaduras, Alsaúl fue el único trabajador que pudo sobrevivir y activar la alarma de emergencia, por lo que los cuerpos de seguridad del Estado se dirigieron a la planta para sofocar las llamas.
Gracias a la labor de los cuerpos de bomberos del Departamento Vargas, puerto de La Guaira, Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, Distrito Federal y Distrito Sucre, así como de los funcionarios de Defensa Civil, Guardia Nacional, Policía Metropolitana, técnicos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Electricidad de Caracas y decenas de voluntarios, el fuego pudo ser controlado en horas del mediodía.
No obstante, a las 12:35 de la tarde se produjo una segunda explosión en el tanque número 9, que estaba repleto de combustible, lo que ocasionó una bola de fuego que abarcó varios kilómetros.
"A su paso, el fuego se llevó una unidad completa del cuerpo de bomberos aeronáuticos, 42 efectivos del Distrito Federal, diez trabajadores de la prensa, entre ellos la periodista Mariadela Russa, el camarógrafo Carlos Moros, el asistente de cámara Oscar Guerra, y el conductor José Carrillo, todos del equipo reporteril de Venezolana de Televisión, y decenas de personas más. El número de víctimas fatales se ubicó en 180, aproximadamente", relató la periodista Betsy Ceballos, en su artículo publicado en 2007, “ 25 años de la tragedia de Tacoa”.
Además de centenares de heridos con quemaduras de primero, segundo y tercer grado, un grupo de 500 viviendas del sector Arrecife, decenas de vehículos y un helicóptero también fueron arrasados por el fuego, en el que se considera el accidente que más víctimas bomberiles y periodísticas ha cobrado en la historia nacional.
CULPABILIDAD GUBERNAMENTAL
De igual manera, luego de 34 años del suceso —ocurrido durante el gobierno del presidente copeyano Luis Herrera Campins— aún no se conocen las causas que produjeron la explosión del primer tanque. Algunos expertos sugieren que una transferencia de calor ocasionó el siniestro del tanque número 9, mientras que otros plantean que, por falta de experiencia, los bomberos quisieron apagar el fuego echándole agua, lo que habría causado la segunda explosión.
En un artículo publicado en diciembre de 1984, titulado “Tacoa: no al olvido”, el periodista Miro Popic destacó el silencio de los medios de comunicación social, dos años después de los sucesos. Popic denunció en aquel entonces el retraso del proceso de investigación, así como la falta de acceso de la opinión pública a los informes realizados por las autoridades.
Advirtió que la responsabilidad del siniestro no recaía sólo en manos de la Electricidad de Caracas sino que era compartida por el gobierno de Luis Herrera Campins. "Está comprobado que el día del incendio no funcionaron los sistemas de seguridad, los equipos estaban en estado deficiente y no aptos para ser usados, y el diseño de prevención de incendio no era acorde con la magnitud de las instalaciones".
TACOA HOY
En la actualidad la Corporación Eléctrica Nacional (Corporelec) tiene a su cargo el control del Complejo Generador Josefa Joaquina Sánchez Bastidas (Tacoa).
Entre algunas de las medidas de seguridad implementadas por la estatal eléctrica figuran la eliminación de los tanques 8 y 9, que fueron los causantes del incendio de 1982, y en su lugar se dispuso un reservorio de agua desmineralizada para generar el vapor que se produce en las calderas del centro generador.
En los tanques de combustible existentes, se les colocó un anillo de seguridad para la extinción de incendios, compuesto por espuma y agua. Adicionalmente, se instalaron sistemas antiexplosión o antichispa, que evitan el contacto entre los residuos de combustible. Además se cuida que la temperatura que se genera en los tanques de almacenamiento permanezca por debajo de 45 grados centígrados.

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